Escrito por: Bianca Carrera Espriu
El 8 de julio de 2013, 22 miembros del personal de Mubasher Misr -la plataforma de transmisión en directo de Al Jazeera dedicada a noticias egipcias- dimitieron por «cobertura sesgada«. El suceso sería utilizado por la nueva administración egipcia y por canales rivales como Gulf News o Al-Arabiya para intensificar sus denuncias contra el supuesto partidismo de Al-Jazeera.
Este fue sólo uno de los episodios de una campaña que lleva años en marcha con el objetivo de desacreditar la credibilidad de la plataforma de radiodifusión con sede en Qatar, argumentando que Al Jazeera tiene una agenda ideológica y política concreta que se esfuerza por difundir. Estas acusaciones han tenido el mayor protagonismo en el caso de Egipto, donde se ha culpado a Al Jazeera de favorecer a los Hermanos Musulmanes y de ignorar la voluntad de la población egipcia.
El objetivo de este ensayo será, por tanto, desentrañar si el lema de Al Jazeera «Al-Ra’i wa-l-Ra’i al-Akhar» (la opinión y la otra opinión) describe realmente la naturaleza de su periodismo y, más concretamente, si la cobertura de Al Jazeera de las revueltas egipcias sirvió sólo a los intereses de un grupo concreto. En ese caso, el ensayo también estudiará las motivaciones y los actores responsables de dicha narrativa.
Lanzada en 1996 con la ayuda del gobierno qatarí, Al Jazeera Arabic nació para revolucionar el periodismo en el mundo árabe. Construida principalmente a partir de los cimientos y el personal de la antigua BBC Arabic, AJA ofrecía la alta profesionalidad de los medios de comunicación occidentales pero informando exclusivamente a los árabes, por árabes. La distinción entre un canal dirigido por periodistas árabes y periodistas occidentales es esencial para entender la narrativa general de Al Jazeera Arabic debido a las diferentes consideraciones morales de cada cultura.
Para los periodistas árabes, la responsabilidad social y la representación de lo que está bien y lo que está mal son dos de los valores éticos más importantes de su profesión (Abunajela y Mello, 2016). Esta misión está claramente influenciada por el papel del Islam en la región, y lejos de ser una desventaja, fue un factor que permitió al canal conectar con la población. Durante años, ha sido el canal de noticias preferido por los hogares árabes, alcanzando en la actualidad casi el 20% de las visitas de noticias en la región y la mayor duración de las visualizaciones(Forbes).
Al fin y al cabo, la aspiración de dar una plataforma a los que no tienen voz la ha diferenciado de cualquier otra plataforma mediática vista anteriormente. Lo vemos muy claramente en la cobertura de Al Jazeera de las revoluciones de 2011, especialmente en Túnez y Egipto. Cuando empezaron a producirse manifestaciones masivas en las calles de Túnez, Al Jazeera interrumpió su programación habitual para dedicar la totalidad de sus emisiones a la revolución. Lo mismo ocurrió con Egipto, donde la plataforma dio un paso más y creó el canal Mubasher Misr para cubrir en directo las novedades del proceso revolucionario. En tiempos de protestas, Al Jazeera ha demostrado ser fiel a sus principios y ofrecer un espacio para que las demandas de la gente no queden desatendidas, algo que le ha costado pérdidas de audiencia por parte de quienes hubieran preferido un contenido más diverso(Hijjawi).
Hasta ahora, Al Jazeera había funcionado como una plataforma mediática considerablemente independiente. Aunque muchos argumentan que sus vínculos con el gobierno qatarí la hacían propensa a los sesgos en la cobertura de noticias, el argumento no tendría sentido, según otros, si tuviéramos en cuenta que Al Jazeera había sido utilizada como una herramienta de soft power por el emirato; y un requisito para que fuera un arma de soft power es que el gobierno no pudiera de ninguna manera interferir en las actividades de la emisora(Maziad, 2018). Además, estaba claro que Al Jazeera había creado una agenda propia cuando, tras el levantamiento de 2013 en Egipto, el canal cambió su postura neutral para favorecer ligeramente a una fuerza política concreta: Los Hermanos Musulmanes.
En este sentido, el proyecto panislamista de Al Jazeera Arabic acabó poniendo en peligro las relaciones exteriores de Qatar con Egipto, pero también con otras potencias de Oriente Medio. La asociación entre ambas entidades no jugó a favor de Qatar cuando la emisora empezó a ser acusada de ponerse del lado de los extremistas islamistas(Maziad, 2018). Finalmente, Al Jazeera Mubasher Misr se vio obligada a cerrar para salvar la reputación general de la plataforma. Desde entonces, se hace referencia a AJMM como «la manzana podrida» de Al Jazeera. Sin embargo, el sesgo que muchos egipcios notaron en la cobertura de AJ también se sintió en sus otras emisiones.
Aunque la erudición sobre el tema ha analizado ampliamente las diferencias narrativas entre los contenidos de Al Jazeera en árabe y en inglés -siendo los primeros los más expuestos a los juicios no objetivos y a las ideas religiosas(AlSamrin, 2018)-, los estudios analíticos también ponen el foco en la cobertura ofrecida por la plataforma angloparlante. A través de ellos, es posible establecer que las microestructuras sintácticas, léxicas y retóricas encontradas en el contenido de AJE definen claramente a los Hermanos Musulmanes como el Yo positivo y a la nueva autoridad egipcia como el Otro negativo(Radhi & Pandian & Sepora, 2016) según la Teoría del Cuadrado Ideológico de Van Dijk.
Hay quienes atribuyen esta narrativa al objetivo de Qatar de diferenciarse de la vecina Arabia Saudí -cuya relación con el panislamismo se ha deteriorado desde el 11-S-(Cherkaoui, 2014); y otros que hablan de una estrategia independiente, más influida por el acercamiento directo de los Hermanos Musulmanes y Turquía hacia la plataforma mediática que por la agenda de Qatar(Maziad, 2018). Sin embargo, una tercera opinión también sostiene que esta representación concreta de los acontecimientos respondió a un verdadero deber periodístico(Abunajela & Mello, 2016).
El exdirector de la cadena Al Jazeera, Wadah Khanfar, argumentó que el código ético de Al Jazeera consistía en defender el derecho de los árabes al conocimiento, la libertad y la democracia; y que al representar las revueltas que desalojaron a Morsi del poder -que había sido elegido democráticamente- como un golpe de Estado no hacía más que retratarlo como lo que realmente era, un asalto a la democracia. Otros miembros del personal también han expresado su postura al respecto, afirmando que Al Jazeera sólo estaba sirviendo a su lema: la opinión y la otra opinión. Estaba claro que los Hermanos eran una voz fuerte en Egipto, y no habría sido profesional ignorarla(Abunajela y Mello, 2016).
Si bien este último argumento es comúnmente aceptado, ya que una plataforma mediática no podía pasar por alto a una parte tan ruidosa de la sociedad egipcia; es importante tener en cuenta algunos de los rasgos que caracterizan la cobertura de Al Jazeera de los acontecimientos. No fue el hecho de que Al Jazeera sugiriera que las acciones emprendidas por los militares eran un golpe de estado lo que hizo que AJMM pareciera parcial, sino su falta de contextualización. AJMM no habló de las razones que llevaron a los militares a tomar el poder. No hablaba de las grandes movilizaciones populares que habían dado lugar a una segunda revolución ni de la negativa de Morsi a convocar elecciones anticipadas (Maziad, 2018).
Es difícil establecer si la cobertura de los canales de Al Jazeera de la época posterior a los levantamientos de 2011 en Egipto tenía la clara intención de desacreditar a la nueva autoridad egipcia que llegó al poder después de 2013. La forma en que diferentes personas e investigadores interpretan el lenguaje de Al Jazeera variará en función de sus juicios subjetivos sobre el tema, su afiliación política e incluso sus creencias religiosas; lo que viene a demostrar que, al analizar los fenómenos sociales, la objetividad es casi inalcanzable. Lo mismo ocurre con el periodismo.
La voz de Al Jazeera, independientemente de la rama a la que nos refiramos, nunca ha sido objetiva. Desde la publicación de Los Papeles de Palestina hasta la cobertura de los levantamientos árabes de 2011, la plataforma mediática siempre se ha puesto más del lado de una de las partes implicadas. De nuevo, Wadah Khanfar sostiene que «la imparcialidad no significa situarse en el medio entre lo que es correcto y lo que es claramente un atentado a la libertad sin decir nada«. Con sus palabras, podemos entender que, aunque Al Jazeera se considere imparcial en el sentido de que se compromete a hacer oír todas las voces, seguirá informando no con el objetivo de ser objetiva o neutral, sino con el de ser fiel a sus normas éticas -que son predominantemente abrahámicas-.
La llamada agenda de Al Jazeera destaca por su peculiaridad entre otras emisoras internacionales de alto nivel. Destaca y alimenta el debate porque, mientras que las principales plataformas occidentales derivan su subjetividad de incentivos políticos y económicos, la de Al Jazeera y otras plataformas árabes se basa mucho más en factores culturales. Partiendo de la base de que la objetividad es un rasgo inalcanzable dentro de la práctica periodística(Taflinger, 1996), es una cuestión de preferencia personal el decidirse por uno u otro enfoque periodístico.
En el caso de Mubasher Misr, lo que falló no fue la objetividad, sino el rigor periodístico a la hora de retratar -aunque fuera de forma ligeramente subjetiva- todos los lados de la historia. Fue un error que muchos miembros del personal reconocieron, y que ha marcado la evolución de una Al Jazeera más profesional hasta nuestros días. Se discute mucho si las viejas prácticas de AJMM siguen vivas en las redacciones de Al Jazeera Arabic, pero lo que está claro es que Al Jazeera English ha conseguido afianzar su reputación como plataforma mediática aclamada y prestigiosa a nivel internacional.
Para concluir, podemos finalmente afirmar que -según las fuentes consultadas y sus correspondientes interpretaciones- Al Jazeera en su conjunto sí cumple con su misión de retratar diferentes opiniones -considerando que existen algunas diferencias en la forma en que lo hace cada uno de sus canales-. En cuanto a la cobertura de la plataforma de las revueltas egipcias y su posterior objetividad o posicionamiento hacia una parte concreta, podemos establecer que en ninguno de los casos -2011 y 2013- Al Jazeera fue neutral. En ambas revueltas, la conducta de Al Jazeera estuvo guiada por sus valores culturales y morales, que favorecen el posicionarse al lado de los oprimidos. Mientras que esta línea de conducta fue alabada durante las revueltas de 2011, fue criticada por gran parte de la población egipcia en 2013 debido a la división del conflicto. Por último, se ha podido descartar a Qatar como uno de los responsables de esta línea editorial concreta, y señalar más bien a los fundamentos éticos del periodismo árabe, la influencia del panislamismo entre el personal de AJ y otros actores extranjeros como Turquía.
Dicho esto, me gustaría subrayar que, independientemente de las posibles críticas hacia la cobertura de Al Jazeera en Egipto, no debemos olvidar el gran papel que la plataforma ha desempeñado en la amplificación de la voz de los movimientos prodemocráticos durante la última década, así como en el allanamiento de la libertad de prensa en Oriente Medio. En definitiva, aunque surjan nuevos medios de comunicación en la región, Al Jazeera seguirá siendo el «canal de todos los árabes«, y la única emisora que apoyó las revoluciones sin reservas(Hijjawi).
Lista de abreviaciones:
AJ: Al Jazeera
AJA: Al Jazeera Arabic
AJE: Al Jazeera English
AJMM: Al Jazeera Mubasher Misr
Bibliografía:
Abunajela, Mohammed-Ali and Mellor, Noha. Political Islam and Global Media : The Boundaries of Religious Identity. Edited by Mellor, Noha and Rinnawi,Khalil. Taylor & Francis Group. 2016. Retrieved from: https://ebookcentral.proquest.com/lib/sciences-po/reader.action?docID=4556570&ppg=1
AlSamrin, Hamad. A Comparison of News Coverage on the Arabic and English Versions of the Al Jazeera Websites, Master of Science. Drexel University. 2028. Retrieved from: https://ResearchDiscovery.drexel.edu/discovery/fulldisplay/alma991014632409704721/01DRXU_INST:ResearchRepository
Al- Radhi, Hanan et al. Arab Spring…Islamists-Seculars Struggle to Control Egypt A CDA Study from AJE’s Ideological Perspective. International Journal of Applied Linguistics and English Literature. 2016. Retrieved from: http://www.journals.aiac.org.au/index.php/IJALEL/article/view/2393/2082 Berger, Miriam. Al Jazeera’s Media Lessons for Egypt. Atlantic Council. 2013. Retrieved from: https://www.atlanticcouncil.org/blogs/menasource/al-jazeera-s-media-lessons-for-egypt/